Opis:
Llegamos desde la Zubia (Granada), para dejar los vehículos en los aparcamientos del mirador de La Espartera o Collado Sevilla. Nada más comenzar se va ganando altura y en poco tiempo, la niebla fue desapareciendo. La visión pasó a ser la de un cuadro precioso con los Alayos, la loma de Peñamadura y más al fondo las altas cumbres de Sierra Nevada. (Principalmente, El Veleta, los Tajos de la Virgen, El Cartujo y el caballo) Si mirábamos al oeste, veíamos la Boca de la Pescá y el cerro de las Pipas. Andamos por el árido carril, que nos lleva a un mirador. Hay un panel informativo panorámico de los arenales del Trevenque. Aquí hay dos opciones para seguir: Se puede bajar directamente a los arenales del Trevenque ó continuar por el carril. Este va por la vertiente del arroyo de Huenes y que muere igual que la otra opción en la falda del Trevenque. ¡En esta ocasión! Preferimos continuar por el carril, disfrutando de las estupendas vistas de Sierra Nevada, cubierta hasta los pies de nieve. Disfrutábamos cada paso, deleitándonos con la mirada o todo nuestro alrededor. Llegamos al final del carril, en la falda del Trevenque, sobre los 1800 m. aprox. A partir de aquí hay un sendero, que te lleva directamente a la cumbre. Es bastante escarpado y resbaladizo con la nieve. No eran necesarios colocar los crampones, la nieve estaba bien pisada. Los árboles cubiertos de nieve, daban la imagen de una postal navideña. El Trevenque es la montaña reina de la media montaña y tienes muchas visitas. Desde cumbre es un autentico mirador y en sus alrededores existen numerosos pistas y senderos para disfrutar de la montaña. Vamos ascendiendo, pasando junto a formaciones rocosas de llamativas formas y algún que otro hermoso pinos. Llegamos a la arista suroeste, desde aquí divisamos la estación de esquí. Acometemos los últimos metros por la roca y llegamos finalmente a la Cumbre del Trevenque (2.083 m) Nos hacemos las fotos de rigor y picamos algo de comer y tras recuperar fuerzas, reanudamos la marcha. Los primeros metros de bajada son, por donde hemos subido. Hay que estar atento, para tomar el sendero que baja dirección sureste. Éste está bien definido en la nieve, tiene tramos bastante inclinados. La bajada es rápida y divertida, con nieve es una pasada. Llegamos a un carril entre pinos, que nos lleva a la pista por donde discurre el Sulayr. Tomamos dirección a la izquierda, que nos lleva al jardín Botánico. La pista esta nevada y en algunos tramos las huellas nos llegan hasta la rodilla. Vamos bordeando por la cara norte el Trevenque y entre los pinos de vez en cuando podemos ver su silueta. Llegamos al Jardín Botánico y al cortijo de la Cortijuela, una zona preciosa, con una fuente de agua muy buena. Junto a la fuente hay un poster indicativo, que señala que la GR-240 ó Sulayr abandona la pista, haciendo un giro de 180º para ascender por el arroyo de Benalcazar. Nuestro camino era otro y omitimos las indicaciones del Sulayr. Continuamos por la pista hasta unos doscientos metros y giramos por un carril a la derecha. Vamos ganando altura progresivamente, sin apenas darnos cuenta. La imagen del Trevenque nos acompaña a nuestra izquierda, hasta llegar al collado Ruquino. Ahora vemos nuevos tres miles de Sierra Nevada y Pradollano mucho más cerca. Llegamos a un collado junto al Cerro del Cocón (1855m), aquí vernos cerro Gordo (1891m) a nuestra izquierda, comenzamos a descender hacia la falda del cerro Gordo. Cruzamos el sendero que lleva hacia el refugio Forestal de Fuente Fría y acometemos una fuerte subida que nos lleva al llano del Chopo. Atravesamos este llano y llegamos al cerro del Tamboril (1.772 m. altitud) trepamos unos metros hasta la cumbre y paramos a comer disfrutando de las maravillosas vistas hacia Granada y Sierran Nevada. Reanudamos la marcha, destrepando lo subido y nos encaminamos al pico de la Carne. La nieve por aquí era ya intermitente y el barro le ganaba terreno, lo que hacía el paso más dificultoso. Ascendimos a la cumbre del pico La Carne (1.809 m. alt.) Subimos por el sendero de la vertiente norte y el descenso lo hicimos por la vertiente oeste. Siguiendo el trazado del sendero, fuimos cresteando y descendiendo durante un kilómetro, pasando junto a una cruz enclavada en una roca, hasta llegar al cruce del sendero PR-A 20 Sin dejar de perder altura a cada paso, fuimos pasando entre pinos hasta llegar al puente de los Siete Ojos. Enlazamos con el carril y paralelos al Arroyo de Huenes llegamos directamente al coche. Acto y seguido nos fuimos a la fuente del Hervidero, a comernos un plato de patatas a lo pobre, pegados a la chimenea. Bien merecidas, después de esta paisajística ruta y estupenda Ruta de 19 km.